Precalienta el horno a 375°F (190°C). Cubre una bandeja para hornear con papel pergamino.

En una sartén a fuego medio, cocina la carne molida y la cebolla hasta que la carne esté dorada y la cebolla suave. Drena el exceso de grasa.

Agrega el ajo en polvo, ketchup, mostaza, sal y pimienta. Mezcla bien y cocina por un minuto más, luego retira del fuego.

Desenrolla la masa de crescent y sepárala en triángulos. Coloca una cucharada de la mezcla de carne en el extremo ancho de cada triángulo, agrega un poco de queso cheddar y enrolla.

Coloca cada rollito en la bandeja preparada.

Mezcla la mantequilla derretida con el ajo en polvo y pinta cada rollito. Espolvorea con semillas de sésamo y perejil picado si lo deseas.

Hornea de 12 a 15 minutos, o hasta que estén dorados y cocidos por dentro.

Sirve calientes con salsas para mojar como ketchup, mostaza o salsa de hamburguesa.

Si te sobra algún rollito, puedes almacenarlos en un recipiente hermético en el refrigerador. Se mantendrán bien durante 2 a 3 días.

Para recalentarlos, hornéalos a 350°F (175°C) por unos minutos hasta que estén calientes nuevamente.

Asegúrate de no sobrecocinar la carne; solo cocina hasta que esté dorada.

Puedes experimentar con diferentes tipos de quesos, como mozzarella o gouda.

Si no tienes semillas de sésamo, también puedes utilizar orégano seco o ajo en hojuelas como alternativa.

Puedes agregar otros ingredientes a la mezcla de carne molida, como pimientos, champiñones o jalapeños para darle un toque picante.

También puedes hacer una versión vegetariana con carne vegetal o legumbres.