Mide el agua y añádele la levadura seca y el azúcar. Mezcla un poco.

Mide la harina y añade la sal, luego mezcla todo junto en un bol de un mezclador de pie.

Vierte la mezcla de agua con levadura y azúcar en la harina.

Coloca el bol en el mezclador y usa el gancho de amasar. Mezcla hasta que la masa se una y se despegue de los lados del bol.

Aumenta la velocidad a media y amasa durante unos 5 minutos.

Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cubre con envoltura plástica y deja que suba. Amasa con las manos y refrigera durante al menos 6 horas o hasta 24 horas.

Retira la masa del refrigerador y golpea suavemente para formar un rectángulo, luego enrolla en un tronco de 10 a 12 pulgadas.

Aplana la masa en un disco y dale forma de bola suave doblando los bordes hacia el centro.

Cubre cada bola de masa con una toalla de algodón limpia y deja reposar durante unos 30 minutos.

Precalienta el horno a 450 grados Fahrenheit.

Aplana la masa con las manos y estira con los dedos para crear el borde exterior.

Pinta el borde con aceite y agrega salsa de tomate a la pizza.

Ralla mozzarella y añade el pepperoni.

Estira la pizza sobre la bandeja de hornear o la piedra caliente.

Hornea la pizza durante 10 minutos (o 7 minutos si usas piedra).

Retira del horno, rompe la burrata y distribúyela sobre la pizza.

Añade cucharadas de pesto y hornea de 3 a 4 minutos más o hasta que el queso burbujee.

Deja enfriar unos minutos antes de cortar.

Corta los tomates cherry y ponlos sobre la pizza antes de servir.