Precalienta tu horno a 400°F (200°C).

Saca el pavo de su empaque, quita las menudencias y sécalo con toallas de papel.

En un tazón, combina la mantequilla blanda, el ajo picado, el romero, el tomillo, la salvia, la sal y la pimienta negra. Mezcla bien hasta que esté combinado.

Con cuidado, separa la piel del pecho del pavo usando tus manos. Extiende la mitad de la mezcla de mantequilla de ajo y hierbas debajo de la piel y masajea el resto por todo el pavo.

Sazona la cavidad del pavo con sal y pimienta adicionales.

Ata las piernas del pavo con hilo de cocina y mete las puntas de las alas debajo del ave.

Coloca el pavo con el pecho hacia arriba en una bandeja para asar. Vierte el caldo de pollo en el fondo de la bandeja.

Coloca la bandeja en el horno precalentado. Asa el pavo durante aproximadamente 13 minutos por libra, o hasta que la temperatura interna alcance 165°F (75°C) en la parte más gruesa del pecho y el muslo.

Rocía el pavo cada 30 minutos con los jugos de la bandeja, asegurándote de que se mantenga húmedo.

Si la piel parece menos dorada en la última hora de asado, puedes cubrir suavemente los pechos con papel aluminio para evitar que se dore demasiado.

Una vez cocido, retira con cuidado el pavo del horno. Cúbrelo con papel aluminio y déjalo reposar durante 30 minutos para permitir que los jugos se redistribuyan.

Después de reposar, corta el pavo y sírvelo decorado con hierbas frescas.