Si utilizas frijoles cannellini secos, déjalos en remojo en agua fría durante la noche. Al día siguiente, escúrrelos y enjuágalos, luego hiérvelos en agua salada durante 45-60 minutos hasta que estén tiernos. Reserva 2 tazas del líquido de cocción. Si usas frijoles enlatados, escúrrelos y enjuágalos.

Calienta el aceite de oliva en una olla grande (Dutch oven) a fuego medio. Agrega la cebolla, las zanahorias y el apio. Cocina durante 8-10 minutos hasta que estén suaves. Agrega el ajo y cocina 1 minuto más.

Incorpora la pasta de tomate y cocina durante 2 minutos. Agrega los tomates triturados, el orégano, las hojas de laurel y las hojuelas de pimiento rojo. Sazona con sal y pimienta. Cocina a fuego lento durante 10 minutos.

Añade los frijoles cocidos y 6 tazas de caldo a la olla. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante 15 minutos. Aplasta 1 taza de frijoles contra el costado de la olla con una cuchara de madera para espesar.

Agrega las 2 tazas restantes de caldo y lleva a ebullición. Agrega la pasta y cocina según las instrucciones del paquete, revolviendo con frecuencia para evitar que se pegue.

Retira las hojas de laurel y prueba para sazonar. Añade sal, pimienta y el perejil fresco. Sirve en tazones, cubierto con queso Parmigiano-Reggiano rallado y un chorrito de aceite de oliva.