Limpia bien las mollejas de pollo y ponles sal y pimienta al gusto.

Pica la cebolla, el pimiento y el ajo en cubos pequeños.

Tritura los tomates y resérvalos.

Calienta una sartén a fuego medio con aceite de oliva y haz un sofrito con el ajo, la cebolla y el pimentón. Cocina hasta que la cebolla esté ligeramente dorada.

Agrega los tomates triturados, mezcla bien y deja cocinar un par de minutos.

Pon las hojas de laurel, el orégano y el pimentón en polvo. Sigue cocinando a fuego medio.

Agrega el vino blanco y revuelve hasta que el alcohol se evapore.

Incorpora las mollejas de pollo que previamente condimentaste con sal y pimienta.

Echa agua a la preparación, asegurándote de que todo quede cubierto.

Tapa la sartén y deja que se cocine a fuego medio durante 1 hora.

Revisa constantemente que no se evapore mucho el líquido. Prueba el sabor y ajusta con más sal o pimienta si es necesario.

Una vez las mollejas estén listas, puedes optar por pasar la salsa por una picadora para lograr una consistencia cremosa o dejarla tal cual.