Antes de preparar la mayonesa, asegúrate de que el huevo esté a temperatura ambiente para evitar problemas de salmonelosis. Limpia los utensilios que vayas a utilizar y evita que el huevo entre en contacto con la cáscara al cascarlo.

En un vaso para la batidora de tamaño adecuado, coloca el huevo a temperatura ambiente. Agrega el aceite, una pizca de sal y las dos cucharadas de zumo de limón recién exprimido.

Introduce la batidora hasta el fondo del vaso, comenzando a batir a una velocidad muy baja sin mover el brazo de la batidora.

Observa cómo el huevo y el aceite comienzan a emulsionar lentamente, formando la mayonesa. Continúa batiendo a la misma velocidad durante varios minutos, manteniendo la batidora quieta.

Cuando la mayonesa esté medio formada, comienza a subir y bajar la batidora lentamente sin cambiar la velocidad para evitar que se corte.

Una vez que la mayonesa esté totalmente montada, añade el diente de ajo pelado y bate un poco más para distribuirlo uniformemente en toda la mezcla.

Prueba la mayonesa y ajusta el punto de sal si es necesario.

La mayonesa de ajo está lista para ser servida inmediatamente o puedes refrigerarla hasta por 36-48 horas en un recipiente hermético. No la consumas más allá de este tiempo.