Receta para hacer 30 nuggets de pollo deliciosos
Cada vez que preparo estos nuggets de pollo, me transporto a los momentos cálidos y felices de mi familia reunida alrededor de la mesa. Recuerdo los domingos en casa de mi mamá, donde el aroma del pollo frito llenaba el aire mientras todos nos contábamos historias y risas llenaban el espacio. Estoy segura de que cuando los prepares, sentirás esa misma calidez y confort que solo la comida casera puede ofrecer. No solo se trata de una receta, sino de un pedacito de mi historia familiar, y hoy quiero compartir ese momento contigo.
Cómo preparar nuggets de pollo
Ingredientes:
Para hacer estos deliciosos nuggets de pollo, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 500 g de pechuga de pollo: Es fundamental que uses pechuga fresca, ya que será la base de la carne. Si prefieres, puedes usar muslos, ¡pero la pechuga es más magra!
- 125 g de pan rallado: Este ingrediente es el que le dará esa textura crujiente que todos amamos. Puedes usar pan rallado integral si buscas una opción más saludable.
- 200 ml de leche: La leche ayuda a que la mezcla quede jugosa y a que el pan rallado se adhiera mejor al pollo.
- 1 huevo grande: Este es el lazo que une todos los ingredientes y le da estructura a nuestros nuggets.
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto: Es importante sazonar bien, así que no tengas miedo de experimentar con las especias que más te gusten.
- Huevos y pan rallado adicional para rebozar: Estos son cruciales para lograr una cobertura crujiente.
- Aceite para freír: Puedes usar aceite de girasol o de oliva, dependiendo de tu preferencia.
A mí me encanta agregar un poco de ajo en polvo a la mezcla, ¡esto le da un sabor especial que mis hijos adoran!
Pasos para la preparación:
-
Preparar el pollo: Primero, pica las pechugas de pollo en trozos pequeños utilizando una picadora o un procesador de alimentos. Esto no solo hace que la carne sea más fácil de manejar, sino que también da una consistencia uniforme a los nuggets.
-
Mezclar los ingredientes: Coloca la carne picada en un bol grande y agrega el pan rallado, la leche, el huevo y sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Mezcla bien todos los ingredientes con las manos hasta que estén completamente integrados. Asegúrate de que no queden grumos y que todo esté bien combinado.
-
Reposar la mezcla: Deja reposar la mezcla durante unos 5 minutos para que el pan rallado se empape bien. Este paso es clave, ya que ayuda a que los nuggets mantengan su forma al freírlos.
-
Formar los medallones: Toma porciones de la mezcla y forma medallones con las manos. Si prefieres, puedes usar un cortador de galletas para darles una forma más divertida.
-
Rebozar los nuggets: Pasa cada medallón por huevo batido y luego por pan rallado, asegurándote de cubrirlos completamente. Este doble rebozado es la clave para obtener una textura crujiente y deliciosa.
-
Preparar la sartén: Calienta suficiente aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. La cantidad de aceite debe ser suficiente para que los nuggets floten un poco.
-
Freír los nuggets: Fríe los nuggets en lotes, cuidando de no sobrecargar la sartén. Esto es importante, ya que si pones demasiados, la temperatura del aceite bajará y no obtendrás ese dorado perfecto. Fríe hasta que estén dorados y cocidos por ambos lados, aproximadamente de 3 a 4 minutos por lado.
-
Escurrir el exceso de aceite: Retira los nuggets a un plato forrado con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Esto ayuda a mantenerlos crujientes.
-
Opcional: Hornear: Si lo prefieres, también puedes hornear los nuggets en un horno precalentado a 220°C (428°F) hasta que estén dorados y cocidos por dentro, aproximadamente 15-20 minutos. ¡Es una opción más ligera que te encantará!
Por qué me encanta preparar este platillo:
Cuando preparo estos nuggets, no solo estoy alimentando a mi familia, sino que estoy creando recuerdos. Cada bocado está lleno de amor y cariño, y verlo en las caras de mis seres queridos es una felicidad incomparable. Estos nuggets son perfectos para cualquier ocasión, ya sean cenas familiares, fiestas o simplemente un antojo en un día cualquiera.
Qué necesitarás:
Para hacer estos nuggets, necesitarás herramientas básicas de cocina: un cuchillo para picar el pollo, un bol grande, un plato para el rebozado, una sartén profunda o una freidora, y un espumadera para sacar los nuggets del aceite. Si tienes un termómetro de cocina, ¡mejor aún! Así podrás asegurarte de que el aceite esté a la temperatura correcta.
Consejos para mejores resultados:
- Ajusta la sazón: No dudes en experimentar con las especias. Puedes agregar pimentón dulce o cualquier hierba seca que te guste.
- Opta por un rebozado más crujiente: Si quieres que tus nuggets sean aún más crujientes, fríelos una segunda vez durante un minuto después de haber estado fritos.
- No apresures el proceso: Permite que la mezcla repose el tiempo suficiente; esto realmente mejora la textura.
Sugerencias para servir:
Me encanta acompañar estos nuggets con una salsa de mostaza y miel o salsa barbacoa. También puedes hacer una humilde ensalada de lechuga y tomate en el lado, o incluso papas fritas si quieres darte un capricho. ¡Son verdaderamente versátiles!
Qué hacer con las sobras:
Si te sobran nuggets (aunque es poco probable, ¡son tan ricos que desaparecen rápido!), puedes almacenarlos en un recipiente hermético en la nevera. Cuando los vuelvas a calentar, me gusta hacerlo en el horno para que no pierdan su textura crujiente. Calentarlos a 180°C durante unos 10 minutos funciona a la perfección.
Preguntas Frecuentes:
¿Puedo usar pollo sin hueso?
¡Por supuesto! Puedes hacerlo, pero créeme, la versión con hueso tiene mucho más sabor. He probado ambas, ¡y la carne con hueso siempre es más jugosa!
¿Puedo hacer estos nuggets al horno?
Sí, ¡se pueden hornear! Simplemente colócalos en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y rocía un poco de aceite en spray para que queden doraditos.
¿Puedo congelar los nuggets?
Claro que sí. Puedes congelar los nuggets antes de freírlos. Simplemente colócalos en una bandeja para que mantengan su forma y luego transfiérelos a una bolsa para congelar. Justo cuando necesites un antojo, ¡sólo fríelos directamente del congelador!
Al final de cada preparación culinaria, siempre siento una profunda satisfacción. Este platillo se ha convertido en un favorito en mi casa, y estoy emocionada de que lo pruebes. Estoy segura de que te encantará tanto como a mí. ¡Cuéntame cómo te quedó y si tu familia pide repetir, como sucede en mi caso cada vez! Espero que disfrutes de estos deliciosos nuggets y que compartas ese cariño con tus seres queridos. ¡Buen provecho!