Cada vez que preparo las Espinacas a la crema, me transporto a esos domingos familiares en los que el aroma de la cocina llenaba cada rincón del hogar. Recuerdo a mi madre en la cocina, moviendo con cariño las ollas mientras nosotros nos sentábamos alrededor de la mesa, ansiosos por degustar su deliciosa comida. Este plato, fácil y reconfortante, se ha convertido en un clásico en mi hogar, y estoy segura de que cuando lo prepares, sentirás la misma calidez y el mismo confort que yo siento al hacerlo. Quiero compartir contigo esta receta que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma.
Cómo preparar Espinacas a la crema
Ingredientes:
- 600 g de espinacas cocidas: Esta verdura es una fuente increíble de nutrientes. Las espinacas no solo son deliciosas, sino que también aportan vitaminas esenciales a nuestra dieta.
- 200 g de gambas: Las gambas le dan un toque especial y un sabor marino que complementa perfectamente las espinacas.
- 100 g de jamón: Añado jamón para darle un sabor ahumado y una textura adicional a la receta.
- 2 dientes de ajo: No hay nada como el aroma del ajo salteado; es el inicio perfecto para cualquier plato.
- Aceite de oliva: Utilizo aceite de oliva para todo, ya que es una opción más saludable y deliciosa.
- Sal: Para resaltar los sabores.
- 600 ml de leche: Esencial para la bechamel, que untará nuestro plato de cremosidad.
- 40 g de harina: Necesaria para espesar la bechamel.
- 30 g de mantequilla: Aporta riqueza y suavidad.
- Nuez moscada: Un toque especial que realza el sabor de la bechamel.
- Pimienta: Para dar un ligero toque picante.
- 150 g de queso rallado: Porque todo es mejor con queso, ¿verdad?
Nota personal: A mí me encanta agregar hierbas frescas como perejil o incluso un poco de tomillo al final. ¡Le da un aroma y sabor increíble al plato!
Pasos para la preparación
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Saltear el jamón y las gambas: En una sartén, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio. Agrega el jamón en daditos y sáltalo por un minuto hasta que cambie de color. Luego, retira el jamón a un plato. En la misma sartén, agrega las gambas y cocínalas hasta que se tornen rosadas. ¡Esos colores son una señal de que están listas!
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Cocinar las espinacas: En la misma sartén, añade un poco más de aceite de oliva si es necesario y agrega los dientes de ajo cortados en rodajas. Cuando los ajos comiencen a dorarse, es el momento de añadir las espinacas cocidas. Recuerda sazonar al gusto con sal. Cocina las espinacas, revolviendo ocasionalmente, hasta que reduzcan su tamaño, aproximadamente 5 minutos. Retira los ajos si lo prefieres.
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Preparar la bechamel: En otra sartén, derrite la mantequilla junto con un chorrito de aceite. Agrega la harina y cocina, revolviendo constantemente, hasta que adquiera un color ligeramente dorado. Esto es clave; no quieres que la harina sepa cruda. Luego, vierte la leche poco a poco, sin dejar de revolver, hasta obtener una mezcla suave y espesa. Sazona con nuez moscada, pimienta y sal.
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Montar las espinacas gratinadas: Cubre el fondo de una bandeja para horno con una capa de bechamel. Distribuye las espinacas cocidas sobre la bechamel de manera uniforme. Coloca los trozos de gambas y jamón por encima. Cubre todo con una capa generosa de bechamel y espolvorea con el queso rallado.
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Gratinar las espinacas: Precalienta el horno a 250 grados Celsius. Coloca la bandeja con las espinacas en el horno y gratina hasta que el queso esté dorado y burbujeante, aproximadamente 10 minutos. Antes de servir, espolvorea un poco más de jamón sobre las espinacas para darles un toque final.
Por qué me encanta preparar este platillo: Lo que hace que este platillo sea tan especial para mí es su simplicidad y el hecho de que trae a la mente recuerdos tan queridos. Es una comida reconfortante, llena de sabor, y que puedo preparar en un abrir y cerrar de ojos, ideal para esos días en los que el tiempo se escapa de nuestras manos. También siento que es una forma de compartir amor con mi familia; cada bocado que toman es una pequeña muestra de cariño.
Qué necesitarás: Además de los ingredientes, necesitarás algunas herramientas esenciales: una buena sartén antiadherente, una bandeja para horno y, por supuesto, un cuchillo afilado para picar los ingredientes. ¡Un utensilio que nunca puede faltar es tu amor por la cocina! Eso es lo que realmente realza cada platillo.
Guía paso a paso:
- Primero, precalienta el horno a 250 grados Celsius. Créeme, esto es clave para lograr un gratinado perfecto.
- Comienza por saltear el jamón en una sartén con un poco de aceite.
- Continúa añadiendo las gambas y luego las espinacas.
- Prepara la bechamel mientras las espinacas se cocinan.
- Monta el plato en una bandeja para horno y gratina hasta que todo esté dorado.
Consejos para mejores resultados: Si deseas un gratinado aún más dorado, puedes encender el gratinador del horno por unos minutos al final. También me gusta utilizar queso parmesano para un sabor más fuerte. Otro consejo: si te gustan las espinacas más frescas, considera agregar un poco de espinaca cruda al plato justo antes de hornear.
Sugerencias para servir: Este delicioso platillo se combina de maravilla con un arroz blanco o una ensalada fresca. Personalmente, me encanta acompañarlo con una ensalada de tomate y aguacate, que aporta frescura y equilibrio. Puedes también añadir una salsa de yogur si deseas un extra de cremosidad.
Qué hacer con las sobras: Las sobras son una gran oportunidad para disfrutar de este plato por segunda vez. Me encanta calentar las sobras en el horno para que no pierdan textura, ¡es como comerlo recién hecho! Simplemente cúbrelas con un poco más de queso y hornéalas hasta que todo esté caliente y burbujeante.
Preguntas Frecuentes: ¿Puedo usar espinacas congeladas? ¡Por supuesto! Solo asegúrate de descongelarlas y escurrir el exceso de agua antes de cocinarlas. En mi experiencia, las más frescas siempre son mejores, pero en ocasiones la comodidad de las congeladas es inmensa.
¿Puedo hacer esta receta con pollo? Sí, puedes añadir trozos de pollo cocido para hacerla más sustanciosa. Sin embargo, te recomiendo que pruebes la versión con gambas, ¡es realmente deliciosa y diferente!
Este platillo se ha convertido en un favorito en mi casa. Estoy emocionada de que lo pruebes y que también lleves un poco de la calidez de este hogar a tu mesa. Espero que cada bocado te haga recordar momentos especiales y que tu familia pida repetir, como sucede en mi caso cada vez. ¡Cuéntame cómo te quedó y si te gusta tanto como a nosotros! A cocinar se ha dicho, ¡y disfruta cada momento en la cocina!